El estadio Atahualpa fue ese fortín, ese lugar sagrado para la ‘Tricolor’ donde ya ha clasificado a dos mundiales y esta vez dejó saboreando, ahí, no a un paso, a un soplido, ya en Brasil 2014, en un encuentro donde los 11 guerreros ecuatorianos se contagiaron del «Si se puede» y superaron al especulativo Uruguay. ¡A aprender portugués se ha dicho!
El cielo amanecía amarillo, azul y rojo, en un país que palpitaba la posibilidad de llegar al Brasil 2014. Los jugadores, con gran altura, así como dejaron la voz en el canto del himno nacional, que ensordecía en el Atahualpa, así mismo demostraron toda la actitud desde el inicio del encuentro.
Uruguay, con todo su verso, su acostumbrada «maña» de jugar al encierro, en los primeros minutos logró su cometido, anulando por las bandas el mejor juego de Ecuador, no permitiendo las subidas de Antonio Valencia y Jefferson Montero. Pero, un personaje inesperado iba a aparecer, Enner Valencia tomaba la batuta y complicaba.
«A ganarle por cansancio». Ecuador intentaba, llegaba, trataba de romper la resistencia de a veces ocho jugadores uruguayos en marca, ya con un repuesto Antonio Valencia, que junto a Enner hacían una dupla de ensueño por la derecha para el dolor de cabeza de los ‘Charrúas’.
Hasta que al minuto 29, ‘El Toño’ Valencia ganaba a lo bravo un balón por la derecha, desbordaba y ponía como con un guante el esférico, ahí, para la astucia de Jefferson Montero, que anotaba, y encendía al estadio, tanto que decidió cantárselo al guerrero que luchó desde el cielo, el inolvidable Christian Benítez.
Ecuador se sabía superior, y lo trataba de traducir en el marcador, teniendo oportunidades que por poco, por esos azares del destino, no terminaron en el fondo de las redes, como la de Felipe Caicedo a los 38 minutos, que de manera expectante terminó en las manos del portero Fernando Muslera.
El segundo tiempo, una réplica del la primera mitad, con el dominio de Ecuador, y los únicos intentos de Uruguay con remates de media distancia. Nuevamente fue Antonio Valencia, el del Manchester United, el maestro de ceremonia, en un trámite que con el paso de los minutos hacía imposible la idea que no hubieran más goles celebrados en las gradas.
Como todo partido emocionante, no podía faltar la nefasta polémica, al minuto 76 el estadio se levantaba para gritar el segundo gol, el de Joao Rojas (que había ingresado al cambio), pero el juez de línea decidió inventarse una posición adelantada y nulitar el tanto y la alegría, poniendo esa cuota de nerviosismo en el final.
Nada pudo contra Ecuador, que fue más hasta el último minuto, y encendió en fiesta al país, que celebra la virtual clasificación al Mundial Brasil 2014. Ahora, solo un último paso el próximo martes ante Chile, para comenzar a matricularse en los cursos de portugués, soñando, por qué no, no solo en ir y participar, sino ser protagonista.