Fue en octubre de 2013 cuando Ever Demaldé, un joven de 27 años, le dijo a su madre que viajaría a Rosario con el objetivo de darle a Marcelo Bielsa una carta que había escrito de su puño y letra. «Mamá, le escribí una carta y me gustaría que me diera un minuto para tomar un café y charlar. Ahora que tengo que ir a llevársela». Así empezó la historia.
La anécdota, narrada en el diario Los Andes de Junín por Juan Azor, cuenta que siete meses después, el 1° de mayo de este año, el teléfono sonó en la casa de la familia Demaldé: «Buen día Ever, ¿cómo le va?». La voz no era otra que la de Marcelo Bielsa, quien continuó: «Lo quería invitar a tomar un curso intensivo con mi equipo de trabajo acá, en Rosario. ¿Usted puede viajar?».
Ever Demaldé es un ciudadano de la ciudad bonaerense de Junín, que entrena categorías menores de fútbol en distintos clubes barriales, amante del fútbol y fanático del «Loco».
Al llamado de Bielsa, Ever sólo pudo responder con un «sí». Estaba conmovido, incrédulo. Su viaje a Rosario se transformó en un posgrado en la dirección técnica de fútbol, con el entrenador como profesor.
Margarita, la mamá del chico del sueño cumplido, contó que tras la reunión con el seleccionador argentino, la historia continuó así: «Un jueves me llamó y me dijo: ‘Mamá, el lunes me voy a Francia'».
La propuesta inicial de Marcelo Bielsa a Ever Demaldé fue por 40 días. El «Loco», que desde mayo pasado es entrenador del Olympique de Marsella, instrumenta a diario un plan de entrenamiento de alta exigencia para sus jugadores. Da indicaciones, para la práctica, grita, vuelve a empezar, vuelve a parar, explica y espera el debut oficial de su equipo que será el próximo 9 de agosto en la Ligue 1. Ever es uno de los ayudantes de su cuerpo técnico. Vive su sueño. Todo empezó con una carta. Viajó por 40 días, pero espera que ese sueño no termine más.
Fuente: Playfutbol