En el fútbol chino, dos jugadores del Guizhou Renhe protagonizaron un hecho pocas veces visto tras discutir por quién cobrara un penal a favor de su equipo.
Tras el dictamen del árbitro, Ricardo Santos se adueñó del balón, dispuesto a ser el ejecutante del penal, sobre la voluntad de su compañero, Maczynski, quien también quería rematar desde los doce pasos.
Los ánimos se caldearon y terminaron casi a los golpes, teniendo que intervenir inclusive el referí para mediar la situación.
Finalmente, Santos cobró el penal que terminó atajando el portero del rival, el Shanghai Shenxin.