Después del partido entre Hungría y Rumania, que terminó con el marcador 0-0, aficionados magiares decidieron irrumpir en una estación de trenes de Budapest donde se encontraban varios refugiados, quienes fueron agredidos por más de 30 hombres.
Los migrantes tuvieron que ser protegidos por decenas de policías, que también resultaron con múltiples heridas, derivando en la detención de más de 50 agresores y 23 agentes lastimados.
Varias de las personas provenientes de África y Asia resultaron afectadas por estos hechos, además de que algunos tuvieron que ser hospitalizados por los actos vándalicos cometidos por los húngaros.
A pesar de que los aficionados fueron quienes propiciaron las agresiones, no se tomarán medidas que afecten a la selección magiar en su paso hacia la Euro 2016.