En el mundo del fútbol muchas veces los nombres dependiendo de los lugares donde se escuchen pueden sonar raros o de doble sentido, por lo que los que los portan suelen ser objetos de curiosas alusiones a lo que en sus países de orígenes es algo natural.
Hay muchos casos, como el del mediocampista brasileñó Kaká o su compatriota Elano, quienes han sido objeto de burlas en países donde se habla español por su similitud con palabras de ese idioma, o el caso del camerunés Pierre Webó, que también pasa por situaciones similares pese a que en su país es normal su apellido.
Pero el caso del ahora jugador argentino Diego Ayala pasó un poco más allá, luego que el mismo se cambiara el nombre para evitarle a su hija burlas o malos entendidos cuando esté grande, un trámite por el que tuvo que esperar dos meses.
Jugando en la tercera división de su país, defendiendo los colores del Defensores de Cambaceres, el futbolista, que tenía un apellido de origen italiano, llevó por muchos años el Diego Dell’Orto (Del Culo como se leería en su Argentina), pero todo cambió cuando supo que iba a ser padre.
«Jugué toda mi vida al fútbol con ese apellido, me banqué insultos y cargadas (bromas). Siempre lo tomé con humor…cuando me enteré que iba a tener una hija y reflexioné que con que ese apellido ella iba a tener algunos problemas en el futuro», explicó.
«Un año antes de que naciera, arranqué con el trámite. Fue hace dos años y fue lo que tardó el proceso de cambio», sumó.