El campeonato regional de Villa Aliança, Bangú, en el oeste de Río de Janeiro, disputaba su primera semifinal. Un penal a favor de un equipo vestido con la camiseta de la selección de Brasil desató la alegría de sus «torcedores».
No eran muchos, pero sí, ruidosos. Gracias a las ametralladoras que se hicieron escuchar con un estruendo que coronó la conquista del gol durante interminables 30 segundos.
Fuente: Infobae