El sábado se vio un fenómeno repetitivo dentro del fútbol guayaquileño, la falta de hinchadas visitantes. Como podemos apreciar en la gráfica que acompaña a este editorial, a pesar de que la formación de la policía guardaba el respectivo espacio para aproximadamente 500 personas no se acercó ni un solo hincha de la Liga lojana pese a la gran colonia de ciudadanos de esta ciudad residentes en Guayaquil, lo que da a entender que a pesar de tener 170,280 ciudadanos la bella ciudad del sur del país la ninguno viajó a acompañar a su equipo.
Este fenómeno se repite constantemente en los dos estadios emblemáticos de la ciudad, el Estadio Banco Pichincha y el Estadio Banco Pacífico, los cuales a pesar de tener la localidad asignada para las hinchadas que pudieran acercarse a los recintos deportivos estos prefieren evitar viajar al puerto principal a seguir a sus equipos.
Fenómeno que no se da en las ciudades donde juegan los clubes del Astillero, quienes a pesar de tener una gran cantidad de seguidores en las mismas entre residentes guayaquileños o hinchas locales, también es común apreciar el constante éxodo que parten desde los puntos estratégicos ya conocidos por las hinchadas, lo cual se ve reflejado en las banderas que ellos llevan identificando su sitio o barrio de origen.
La alegría del fútbol definitivamente son las hinchadas que llevan su colorido y fiesta por todo el territorio nacional, y mientras esto se siga llevando en paz será un gran aporte para el crecimiento que lleva el deporte nacional.