El estratega Kim Jong-Hun ha sido víctima del régimen fuerte que vive Corea del Norte, por lo que aun paga un castigo que le impuso el gobierno de este país por el pobre accionar de su selección en el Mundial Sudáfrica 2010.
Corea del Norte quedó eliminado en la fase de grupos de este Mundial, perdiendo ante Brasil (2-0), Portugal (7-0) y Costa de Marfil (3-0), por lo que todos los jugadores y el cuerpo técnico fueron acusados de deshonra a su país.
Ante esto, el régimen del dictador Kim Jong-il decidió castigarle con recibir insultos en público, expulsión de su cargo y trabajos forzosos.
Así, el estratega aun trabaja en obras de construcción por 14 horas, pagando una culpa por un mal momento que hizo pasar a su país.