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La albiceleste se tomó la revancha. Gran despliegue del equipo de Martino que, sin Messi, se mostró sólida y retroalimentada por el trabajo de una mitad de la cancha cumplidora en la marca y en la generación. La figura excluyente fue Di María. Todo Chile extraña a Sampaoli.
El primer tiempo arrancó con una Argentina respetuosa, pero punzante. Los gauchos se tomaron la escena con los trazos cruzados de Di María y Mercado por las puntas. Las respuestas de Chile fueron apenas tibias. Vidal y Vargas no conectaron, Beausejour una sombra que deambuló por el carril zurdo.
En la segunda parte, los rosarinos se juntaron y Argentina explotó con todo. Di María apareció como un rayo a los 50 minutos para definir con un estilete por debajo de Bravo, mientras que a los 58 Banega colapsó repitiendo la fórmula para el 2 a 0 definitivo. Chile se desdibujó, el campeón de América no encontró su zona de confort y terminó con una versión sumamente rústica. Fuenzalida lo descontó en el último minuto, pero fue tarde ante una Argentina eficiente y candidata.