Alemania confirmó su favoritismo con la victoria 2-0 frente a Hungría.
El seleccionado local cumplió con el primer objetivo: se clasificó a octavos de final. Los protagonista del éxito del equipo de Julian Nagelsmann fueron Jamal Musiala, autor del tanto que inauguró el marcador y el primer jugador que convirtió dos goles en esta Euro 2024 e İlkay Gündoğan, quien asistió en el gol inicial y anotó el segundo, el que le dio tranquilidad al conjunto local.
Como en la goleada 5-1 contra Escocia en el estreno, Alemania construyó su juego ofensivo a partir de la posesión de la pelota y de los pases cortos. Hasta que la pelota le llegaba a Musiala y ahí la elaboración se transformaba en vértigo. El atacante de Bayern Munich es una de las joyas de la Mannschaft que disfruta del aporte de los jugadores que brillan en la Bundesliga.
El joven delantero no solo fue el que rompió la sequía de goles en Stuttgart, sino que generó peligro cada vez que recibió la pelota. Además, supo ubicarse en los espacios vacíos como en la jugada del primer gol, a los 22 minutos, en la que Gündoğan aprovechó el crucial error de Willi Orbán y Musiala estaba libre en el centro del área para recibir el pase del mediocampista de Barcelona y definir con frialdad.
Alemania controló el partido durante todo el desarrollo, aunque Hungría mostró una mejor versión que la de la derrota 3-1 ante Suiza en su presentación.
De hecho, el segundo gol alemán llegó en el mejor momento del seleccionado húngaro.
Esta vez sí, la conquista llegó a partir del juego asociado: Musiala encontró a Maximilian Mittelstädt que se había proyectado por la izquierda y el lateral cedió para Gündoğan, quien definió con la zurda para sentenciar la historia.
Gündoğan, eje del equipo, se erigió como la figura del encuentro por su claridad para generar juego y por su influencia en los dos goles.
Si bien en ningún momento estuvo en riesgo la victoria de Alemania, las oportunidades que generó Hungría tuvieron buenas respuestas de Manuel Neuer y en la única en la que el arquero se equivocó, allí estuvo Joshua Kimmich para rechazar la pelota sobre la línea. Los dos triunfos alemanes, uno con goleada y otro con menos virtuosismo pero una probada solidez, lo ubican en octavos de final y lo certifican como uno de los grandes candidatos en esta apasionante Eurocopa