Mientras dentro del estadio Maracaná todo era fiesta entre los hinchas que se aprestaban a ver el encuentro entre Italia y México por la Copa Confederaciones, en las afueras del escenario deportivo la realidad era otra, con fuertes protestas por parte de los brasileños por los costos que este torneo genera en el país.
«La Copa no me importa, yo quiero salud y educación», cantaban los manifestantes que esperaban llegar a las puertas del estadio para hacer sentir su protesta, en un número de más de 500 personas que con carteles en mano se oponen a las situaciones económicas que vive Brasil por la Copa Confederaciones.
Las principales causas de las protestas pasan por los gastos que ha generado el torneo (en conjunto a la preparación del Mundial 2014), que no ha reducido la inversión en el gasto público de Brasil, así como el encarecimiento de precios de servicios básicos para cubrir estos costos.
Los manifestantes no lograron su cometido y fueron repelidos de manera fuerte por los policías, dejando un saldo de 10 heridos y 29 detenidos.