En un entretenido comercial, el atleta jamaiquino Usain Bolt se convierte en el jugador sorpresa de Brasil en el Mundial, saltando al campo de juego. Bolt, quien siempre ha manifestado su amor por el fútbol (es hincha del Manchester United), toma un avión que, comparándolo con su velocidad para correr, lo lleva lo más rápido posible a la fiesta del Mundial.
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