Durante los entrenamientos de la selección de Brasil, un niño no pudo contener los deseos de ingresar a la cancha y encontrarse con sus ídolos. Pero los miembros de seguridad intervinieron y retiraron al pequeño.
La figura del Barcelona, Neymar, observó todo esto y en un gran gesto acudió a donde estaba el niño y lo invitó a acompañarlo en los entrenamientos. En cancha, varios jugadores de la selección brasileña saludaron al pequeño, en un acto que jamás olvidara.