Ecuador eliminado. La emoción de jugar un torneo como el Mundial muchas veces ciega a los hinchas, y en el grito del «Si se puede», no se analizan las fortalezas y debilidades de una selección que pasó a ser el único sudamericano en quedarse en la fase de grupos.
Para comenzar haciendo un análisis en frío, y dejando atrás el dolor de la derrota, los dardos apuntarían al estratega, el colombiano Reinaldo Rueda, que pese a darle la clasificación al Mundial, siempre fue criticado en el país.
El armaje de una plantilla de 23 jugadores, con las dudas y el secretismo que ninguna otra selección tuvo, daba a la duda sobre el por qué de algunos jugadores. Ante Suiza y Francia, el seleccionado ecuatoriano necesitó dos puntos fuertes para buscar torcer la historia. Rueda vio al banco de suplentes y no encontró la respuesta.
Terminando con muchos volantes en el medio campo, y sin tener un delantero en punta en el campo de juego, Jaime Ayoví descansó en los tres partidos, mientras que jugadores como Carlos Tenorio y Daniel Angulo vieron por televisión el Mundial desde Ecuador.
Faltó un mediocampista de creación, ese 10 neto, nunca apareció, así como otras variantes de generación de juego, terminando el encuentro ante Francia con tres defensas atrás, y los laterales subiendo por las bandas en la tradicional y poco práctica técnica del «Ollazo», en la banca nuevamente no hubo alternativas, mientras Saritama no salió ni al calentamiento.
Desde ese punto de vista, Rueda se quedó de año, sin tocar el tema de análisis táctico, que aunque con la experiencia de los años en esta carrera dan el aval, es mejor dejárselo a los especialistas en este tema.
Otro punto a tratar es el dirigencial. Luis Chiriboga y la FEF no tienen una buena imagen en el público, y en el día a día, lo que más se escuchan son quejas y «sospechas» de poco orden dentro de la casa y un libertinaje a la hora de tomar decisiones.
Uno de los clavos que se apuntan contra Chiriboga son las influencias que podría tener en el director técnico, donde se habla de manejo en la lista de convocados, que inclusive en su momento se abrió el paraguas por polémicas declaraciones de ‘Bolillo’ Gómez, exestratega de la ‘Tri’, quien aseguró que esto existía en sus tiempos.
De ser cierto o no, solo la interna de la FEF lo conocerá. Lo que si es cierto es que a este directorio le faltó ese temple para bajar el pulgar si era necesario a un proceso que nunca fue tal. Ecuador con Rueda nunca tuvo un esquema similar, partido tras partido.
Aunque los pesos principales de esta eliminación caigan en dirigentes y cuerpo técnico, es verdad que los que sacan los resultados son los jugadores, y en ese tema, nos quedaron debiendo, no precisamente los que llegaron con cuestionamientos, sino los llamados a ser figuras.
Antonio Valencia, referente y capitán de la selección, fue una sombra, un fantasma, con un pobre rendimiento, tal vez solo superado por el de otro del que se esperaba mucho en este Mundial, Jefferson Montero, que no estuvo a la altura de lo mostrado en las Eliminatorias
Salvar a Enner Valencia, que dentro del fracaso de la ‘Tricolor’ es un ganador, destacando con sus goles y abriendo un interesante camino en su carrera personal, que siendo bien aprovechado, puede ser beneficioso para el futuro de la selección.
Muchas lecciones que quedan tras la eliminación. Que hay que tomar correctivos, los hay que hacer. El sueño de ser Mundialistas en Ecuador ya pasó tras la primera clasificación en el 2002. Ahora, más allá de ir a participar, hay que ser protagonistas. Selecciones como Colombia y Chile (por no decir Costa Rica) lo han demostrado.
Por lo pronto, afirmar que se quiere continuar con el proceso de Reinaldo Rueda (como lo hizo el presidente Chiriboga), como primera impresión no parece positivo. Se fracasó con Rueda, y el mismo técnico, ya resistido de por si, tendrá un ambiente hostil en un país que en el fútbol no olvida, y será difícil que pueda trabajar en paz.
Los #LárgateRueda pululan en las redes. Es la voz del pueblo, que de fútbol algo sabe.
Paúl Ochoa.