El alemán Christoph Kramer fue una de las apuestas del seleccionador Joachim Löw para la final ante la Argentina, en el Maracaná. La titularidad le llegó en el partido más importante del Mundial Brasil 2014, pero un golpe lo sacó a los pocos minutos y le borró lo que hubiera sido un recuerdo inigualable.
No había jugado en toda la fase grupos, en la que Alemania se midió ante Portugal, Ghana y los Estados Unidos. Había entrado unos minutos en el partido contra Argelia, en octavos de final, y luego ante Francia, en los cuartos.
Sin participar de la goleada a Brasil de semifinales, se ganó un lugar en la alineación inicial y buscaría ganar el trofeo en Río de Janeiro. Pero a los 14 minutos de cumplir un sueño, fue a disputar una pelota con el defensor argentino Ezequiel Garay, y se llevó un golpe en la cabeza que le impidió seguir en el campo de juego.
El mediocampista de Borussia Monchengladbach quedó en estado de confusión total. Probó continuar en el partido, pero era notable que estaba conmocionado por el golpe, y le cedió su lugar a André Schürrle.
Fuente: Infobae