En un clima muy distinto al que suele haber en las audiencias generales, menos entusiasta y marcado por el luto que golpeó a la familia del Papa, tal como se había anunciado, los dirigentes de San Lorenzo le entregaron hoy al hincha más famoso de su club la Copa Libertadores, conseguida por primera vez en su historia el miércoles pasado.
Debido al calor del verano europeo, la audiencia general tuvo lugar a en la aula Pablo VI y no en la Plaza de San Pedro. Los dirigentes del equipo azulgrana, Matías Lammens y Marcelo Tinelli, el entrenador Edgardo Bauza, el manager Bernardo Roemo, y Juan Mercier y Julio Buffarini se encontraban en posición privilegiada, sobre el estrado del aula, a la derecha del Papa .
Cuando Francisco llegó a la sala -donde no cabía un alfiler y había unas 10.000 fieles de todo el mundo-, estalló un fuerte aplauso y, pese a estar dolido y triste por la tragedia que golpeó a su sobrino -que perdió a su mujer y a sus dos hijos pequeños y se encuentra en grave estado luego de un accidente-, comenzó a saludar y a besar bebes que le acercaban y peregrinos que le regalaban cartas, bufandas y demás dones, sonriente, caminando a través del pasillo principal.
Una vez que llegó a su estrado, el Papa enseguida saludó, uno por uno, a los directivos de su equipo del alma, vestidos de riguroso traje oscuro. Al lado de su trono, sobre una mesa de madera, saltaban a la vista dos trofeos plateados inmensos: la Copa Libertadores verdadera y su réplica, que quedará en el Vaticano.
Durante la audiencia, el Papa evocó su reciente viaje a Corea del Sur. Luego, al saludar en español a los peregrinos hispanohablantes, destacó la presencia de representantes del Ciclón: «De modo especial, saludo a los campeones de América, al equipo de San Lorenzo, aquí presente, que es parte de mi identidad cultural», dijo, provocando una ovación entre los argentinos.
Más tarde, agradeció las expresiones de pésame recibidas. «Les agradezco por las oraciones y por las condolencias por lo que le pasó a mi familia. También el Papa tiene una familia», dijo. «Nosotros éramos cinco hermanos, tengo 16 sobrinos y uno de ellos tuvo un accidente de tránsito: murió su esposa, dos hijos pequeños, uno de dos años y el otro de pocos meses, y él en este momento está en un estado crítico», contó. «Les agradezco mucho, mucho, de las condolencias y de la oración», siguió, provocando un aplauso muy sentido de parte de una multitud que, evidentemente, quería demostrar que lo acompañaba al Papa en su dolor.
Fuente: canchallena