Cualquier tipo de agresión en el fútbol es penada, pero seguramente ninguna es más grave que agredir a un árbitro.
Alrededor del mundo han ocurrido casos de futbolistas o entrenadores que, en un momento de ira, golpean a alguno de los jueces durante un partido, los cuales han tenido que someterse a los duros castigos dados.
Sin embargo, cuesta encontrar en los registros un castigo tan grande como el recibido por el portugués Ricardo Ferreira, quien deberá estar 50 años sin practicar fútbol por haber agredido al juez central del duelo en que se equipo, el Portugal Futebol Clube, enfrentó al SC Worb, de la cuarta división del balompie suizo.
De acuerdo a lo informado por el diario helvético Blick, Ferreira le pegó un pelotazo en la cara al réferi, provocando su desmayo.
El agresor, asimismo, mantuvo sus acciones y le lanzó agua e insultos al caído «hombre de negro».
Por su parte, la Federación de Fútbol de Suiza, a cargo de su abogado Robert Breiter, afirmó al medio que «un jugador así no se necesita en los terrenos de juego», argumentando que el mismo implicado ya había estado fuera de las canchas durante un año por una agresión similar.
«Quedará habilitado para jugar el 5 de junio de 2064», cierre del informe de la federación suiza.