En el torneo Sub-20 de la CONCACAF, el mediocampista Akeem Humphrey, de Trinidad y Tobago, fue protagonista de un curioso hecho, enfrentando a Panamá.
Humphrey se pasó de revoluciones marcando a un rival y terminó propinándole dos codazos. Lo curioso de la jugada es que el agresor terminó fingiendo ser el agredido, esperando evitar una sanción del árbitro.
El truco de poco le sirvió, debido a que Humphrey vio la tarjeta roja por esta jugada.
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