ando parecía que la derrota en el primer partido de la Copa Libertadores traía los recuerdos de la caída en la edición anterior ante Botafogo, San Lorenzo remontó sobre la hora y festejó en Montevideo. Perdía 1-0 ante Danubio, con gol de Castro, pero Mauro Matos, a los 86 minutos, y Mauro Cetto, a los 88, pusieron el 2-1. Sin un buen desempeño, los tres puntos resultan clave en un grupo complicado. El Ciclón comparte la zona con Corinthians, San Pablo y Danubio.
«No fue un triunfo como queríamos, pero sacamos tres puntos de visitantes y es muy bueno. La cancha no ayudó para jugar bien, pero metimos, corrimos y tratamos de ganar el partido. Sabemos que es una zona complicada, que son rivales duros, pero acá nos llevamos lo que vinimos a buscar», señaló Mauro Matos, una de las figuras del campeón, que inició su defensa con sufrimiento.
Danubio salió al campo de juego con mucha intensidad, llevándose por delante a San Lorenzo, que de todas maneras quedó abajo en el tanteador por errores propios. A los 3 minutos de juego, Luis Sosa pateó un tiro libre con verdadero peligro al palo izquierdo de Sebastián Torrico, quien se estiró para desviar con lo justo. Y a los 10, la presión charrúa le dio a Castro la chance de darse vuelta dentro del área aprovechando un error de la última línea visitante y tirar sobre la marca de Cetto para anotar el 1-0.
El campeón reaccionó de inmediato. Sin embargo, volvería pronto a no encontrar el juego y, como consecuencia, superar el encierro que quería imponer Danubio.
En el segundo tiempo, el entrenador Edgardo Bauza intentó darle capacidad de réplica equipo azulgrana con los ingresos de Pablo Barrientos, el uruguayo Martín Cauteruccio y Franco Mussis. El retroceso estratégico de Danubio dio lugar al paulatino crecimiento de San Lorenzo, que con el manejo de la pelota fue asentando los cambios y a los 32 minutos estuvo cerca del empate con un remate de media distancia de Mussis que el arquero frustró con la punta de los dedos, volando hacia el ángulo derecho.
El cuadro de Boedo insistió a los 36, cuando Matos habilitó a Blanco con un pase en profundidad, pero, el ex Lanús, apurado por la marca, terminó fallando ante el arco con un tiro esquinado y rasante, de cara al gol. No obstante, San Lorenzo seguía yendo al frente, y a los 40 logró reestablecer la paridad.
Matías Catalán se proyectó por la derecha, metió un centro envenenado que rebotó en Cauteruccio, en un choque contra los centrales, y entonces reapareció Matos para realizar un verdadero gol de goleador. El grito del inagotable delantero le dio alas a sus compañeros, que soñaron con el triunfo en los últimos minutos y a duras penas lo consiguieron. Blanco ejecutó un tiro de esquina desde la derecha a los 42, Martín Silvero rechazó mal de cabeza y permitió que Cetto se adueñara de la dividida para convertirla en el gol del triunfo con un cabezazo imponente.