EFE
Alemania derrotó a domicilio a Georgia (0-2) en un partido que controló de principio a fin aunque sin brillar y en el que se terminó imponiendo con goles de Marco Reus y de Thomas Müller.
Los georgianos mostraron disciplina táctica en defensa y espíritu de lucha, pero la diferencia era demasiado grande ante los campeones del mundo, aunque estos jugasen la segunda parte con el freno de mano puesto.
El libreto del partido estaba ya casi que definido de antemano por la categoría de los dos equipos y los primeros minutos apuntaban a confirmar los pronósticos más obvios. Alemania atacaba y Georgia se concentraba en defender y en buscar salidas ocasionales de contragolpe.
La primera ocasión clara para Alemania llegó en el minuto 5, cuando Marco Reus remató contra el larguero. Ocho minutos más tarde un disparo de Thomas Müller pasó lamiendo el poste derecho de la portería de Loria.
El asedio continuó, Loria salvó varias veces a Georgia con intervenciones providenciales, hasta que en el minuto 39 Reus abrió el marcador, después de que Mario Götze se fuera, con una jugada individual, de la defensa de Georgia.
Al final la pelota llegó a Reus, que definió con un buen remate con la pierna derecha.
El segundo llegó en el minuto 44, por intermedio de Thomas Müller a pase Mesut Özil, con lo que el partido quedó ya sentenciado antes de que los equipos se fueran al descanso.
En el segundo tiempo Georgia mostró más atrevimiento en el ataque y Alemania, aunque siguió controlando el partido, se mostró menos incisiva que en la primera parte.
Las posibilidades escasearon. La única absolutamente clara fue un nuevo remate de Reus contra el larguero en el minuto 60, a centro de Sebastian Rudy.