Leo Messi ya ha visitado el Olympiastadion berlinés pero su recuerdo no es ni mucho menos feliz. En los cuartos de final del Mundial-2006, no salió del banquillo argentino en el partido ante Alemania. Ni el 0-0 con el que acabó el tiempo reglamentario hizo que José Pekerman, entonces seleccionador albiceleste, buscara en Leo, que tenía 19 años, un revulsivo para evitar una tanda de penaltis en que pasaron los germanos. El hoy azulgrana Javier Mascherano y el juventino Carlos Tévez sí jugaron los 120 minutos aquel 30 de junio de 2006.
Aquel fue el primero de los tres Mundiales disputados por Messi, que también cayó ante los germanos en Sudáfrica-2010 y en Brasil-2014. Hace cinco años, con Diego Armando Maradona como técnico argentino, los teutones vapulearon (4-0) a la bicampeona mundial en cuartos de final. Y el pasado verano la final de Maracaná se resolvió en la prórroga con un gol de Mario Götze y Alejandro Sabella en el banquillo albiceleste.
Esta noche, en su regreso a Berlín nueve años después, un Messi muy maduro y en estado de gracia quiere quitarse la espina clavada en un Olympiastadion donde Jesse Owens pasó a la leyenda en los Juegos Olímpicos de 1936. Leo puede agigantar su mito hoy.
Fuente: Mundo Deportivo