El atacante brasileño no respetó la autoridad del árbitro mexicano Roberto García, y cuando se alistaba para cobrar un tiro libre vio la tarjeta amarilla.
Neymar borró con las manos la línea de espuma dibujada por el juez central, que señalaba el lugar donde debía ser ubicado el balón para cobrar el remate. El ‘azteca’ se percató de esta actitud del brasileño, y acudió a mostrarle la tarjeta amarilla.