Leo Messi regresó ayer al banquillo del Barcelona por primera vez desde la polémica suplencia en Anoeta en el primer partido del 2015. Han sido 40 partidos en los que el argentino sólo se ha perdido la vuelta de los octavos de la Copa del Rey ante el Elche. Ayer, sin embargo, lo hizo de forma consensuada con su entrenador, Luis Enrique Martínez.
El técnico barcelonista desveló en la rueda de prensa que «tuve la oportunidad de hablar con Messi y entendimos que venía de un viaje y creímos que era mejor que no arriesgara». De hecho, el delantero no dibujó ni una sola mueca en su rostro desde que se instaló en el banquillo. Concentrado en todo momento, incluso charló con Luis Enrique justo antes de entrar al terreno de juego para desatascar el empate frente al Atlético tras el inicio titubeante del segundo tiempo.
Neymar resumía, sonriente al final del partido, que «cuando el mejor está en el campo, los demás también somos mejores», una forma original de hablar de la ascendencia del rosarino en el cuadro azulgrana. Luis Enrique no tuvo ningún problema en reconocer que «para nosotros es básico que Messi esté en las mejores condiciones y hay que cuidarle». Más claro, el agua. Messi no jugó por mera precaución després de un viaje muy largo y en el que no había tenido tiempo ni de entrenar ni de descansar tras el nacimiento de Mateo, su segundo hijo, el pasado viernes.
Pues no hay que olvidar que el próximo miércoles el Barcelona visitará el Olímpico de Roma y en la Champions League los errores suelen pagarse porque prácticamente no hay margen de error. Si no hay ningún contratiempo, Messi regresará a la titularidad en la ciudad eterna totalmente recuperado de cualquier cansancio que pudiera arrastrar los últimos días.
Fuente: Goal.com