El delantero ecuatoriano Orlindo Ayoví pasa un momento duro en su carrera, tras fracasar en Honduras, teniendo que cumplir otras funciones fueras de las canchas en este país.
A sus 31 años, el delantero tiene un paso importante en varios clubes del fútbol ecuatoriano, además de jugar en equipos de Argentina y México, pero encontró su peor bache en Honduras.
Tras tener una campaña de olvido en el Marathón, este año intentó probar suerte en otro equipo en este país centroamericano, pero no pasó las pruebas en Victoria.
Olvidado del fútbol, el medio Diez.hn localizó a Ayoví, quien trabaja ahora en una cadena de comida en Honduras.
Mira la nota de Diez:
Cuando Orlindo Ayoví emprendió el largo viaje de su natal Ecuador a Honduras en agosto de 2014, nunca se imaginó vivir situaciones poco normales para un futbolista.
Primero tuvo que lidiar con el hecho de no pasar una prueba en el Olimpia, luego se fue a Marathón, pero quedó fuera del equipo. Por fortuna se encontró con dos ángeles, o como él los llama, sus “padrinos” Aracely y Orizon Amaya, propietarios de Baleadas Express, donde le han abierto las puertas del negocio para que cambie los tacos y los entrenamientos por las bodegas.
El delantero ecuatoriano trabaja junto a otras cinco personas en el almacén de este negocio, con la idea de que en el próximo mercado de piernas pueda amarrar un contrato.
“Tomé la decisión de parar porque seguía lesionado, en eso Orizon (directivo de Marathón) y su esposa me brindaron su respaldo, él me dijo que me viniera a trabajar y la verdad que estoy muy agradecido”, comenta el jugador que en su hoja de vida tiene un gran recorrido en equipos de su país y en Argentina (Atlético de Rafaela), Uruguay (Rampla) y México (Irapuato y Zacatpec).
SIN COMPLEJOS
Nacido en Eloy Alfaro, provincia de Esmeraldas, Ecuador, el 15 de septiembre de 1984, este jugador de 31 años no se siente menos por trabajar en algo distinto a lo que originalmente se dedica. “Me diera pena andar robando, al contrario, me siento orgulloso”, aclara.
“Siempre me ha gustado el trabajo, cuando estaba pequeño me tocaba salir a laborar con mi papá, cortando madera”, recuerda.
“Uno de los acontecimientos que me marcó la vida fue la muerte de mis padres cuando estaba pequeño, por eso siempre he tratado de ser un hombre recto”, detalla el “Amigo”, como lo apodan sus compañeros de labores, quienes coinciden en la humildad del espigado jugador, que debutó como profesional en el fútbol en con la Liga Deportiva Universitaria de Quito en 2004.
NOVIA ‘CATRACHA’
Curiosamente en Honduras conoció a otra persona especial: su novia hondureña Joselyn. “La quiero mucho, es una muy buena persona que me apoya en todo, lo importante es que esté conmigo. La conocí en un puesto de baleadas, es una mujer trabajadora y muy luchadora”, cuenta el jugador, quien en toda la entrevista nunca borró la sonrisa de su cara como diciéndole a la vida, gracias por tus bendiciones.