La emoción embargó a dos de los jugadores protagonistas tras ganar en la tanda de penales el título para Tigres ante Pumas.
El guardameta Náhuel Guzmán, cuando Israel Jiménez anotó el penal del título, corrió a felicitar a su compañero, agarrándole el rostro y darle un beso.
Este hecho dio la vuelta al mundo y demostró que la emoción en el fútbol se puede demostrar de muchas formas.
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