Rafa Benítez no consigue zafarse de la Espada de Damocles que pende sobre su cabeza desde hace semanas. Empatar con diez en un campo históricamente complicado y hostil para el club blanco como Mestalla habría sido valorado en otra época por el madridismo como un ‘puntazo’, pero tras adelantarse este domingo el Madrid dos veces en el marcador, la sensación es de haber logrado un puntito insuficiente para seguir la estela del líder, Atlético, y del Barça, su más inmediato perseguidor. El Madrid sigue tercero y el Villarreal, cuarto, ya sólo está a un punto de los blancos. La imagen sin alma y sin fútbol de un equipo que no sabe ganar a los grandes y que parece condenado a bajarse del ‘tren’ de la Liga deja a Benítez con pie y medio fuera del Bernabéu y al deseado Zinedine Zidane, un poco más cerca de ser su relevo esta misma temporada.
Los pitos con los que Mestalla recibió a todos y cada uno de los futbolistas merengues se tornaron en aplausos unánimes cuando se anunció por megafonía el nombre de Rafa Benítez, que volvió a su ‘casa’ 11 años después. Los aficionados valencianistas nunca olvidarán los años de gloria que les regaló el entrenador más laureado de la historia del club ‘ché’, con dos Ligas ganadas al Madrid de los ‘galácticos’ en los años 2002 y 2004, además de una Copa de la UEFA.
La monumental pancarta que lucía la Curva Nord evidenció el cariño que el valencianismo profesa al actual preparador del Real Madrid: “Rafa, nos regalaste los mejores años de nuestras vidas. Gracias”. El técnico madrileño, que saludó con gratitud al público con el que celebró grandes triunfos, escuchó también cánticos de ‘¡Rafa Benítez, Rafa Benítez!’. El de Aluche se sintió más querido en Mestalla en una noche que en toda la temporada en el Bernabéu. Pero nada más comenzar el choque, la afición del Valencia cambió sus aplausos de dirección y empezó a animar con fuerza a los de Gary Neville.
Resulta difícil de entender que Benítez no agotara los tres cambios y más después de quedarse su equipo con diez por la merecida expulsión de Kovacic, que vio la roja directa por un entradón por detrás a Cancelo. Sólo se atrevió a sacar del campo a Benzema, el mejor de los tres de la BBC. El ariete francés volvió a encajar con mala cara su enésima sustitución en esta campaña.
Relevado en el 66’ por Lucas Vázquez, Benzema estuvo bastante mejor que Cristiano y Bale, sus dos compañeros de ataque, pero Benítez sigue remiso a sentar a los dos mejor pagados de la plantilla. Las órdenes de la cúpula condicionan sus polémicas decisiones. James e Isco, dos de los jugadores más creativos del equipo, se desesperaron calentando toda la segunda mitad.
El técnico merengue volvió a dejar claro que no cree en James, cazado en las últimas horas por la policía a 200 por hora y que este domingo se hartó de corretear por la banda de Mestalla esperando un cambio que no llegó. Isco, cada vez más decidido a irse a la Premier, tampoco cuenta para Benítez. Habrá que ver si este llega al partido del sábado ante el Deportivo en el Bernabéu, donde le esperarán de nuevo los pitos de un Bernabéu que ya le ha sentenciado.
Fuente: Mundo Deportivo