Peñarol se trajo un empate de Paraguay que lo dejó con la primerísima chance de definir la serie en su casa. Positivo resultado, con más oscuros que claros en la performance del equipo.
Lo mejor estuvo en el primer período, pero siempre gracias a ráfagas individuales, sobre todo por el lado de Nicolás Dibble que resultó imparable para sus marcadores y en cada arranque en velocidad provocó acciones de peligro. Le faltó compañía.
En el complemento, el equipo pareció sentir el desgaste físico y se refugió en su propio campo dejando crecer en lo futbolístico que fue al frente y buscó por todos lados romper la igualdad, pero se chocó contra una muralla inexpugnable, Gastón Guruceaga.
Peñarol y un cero ganador que bien se puede decir dejó encaminada la clasificación a la segunda fase de la Copa Sudamericana.