El guardameta paraguayo Paolo Ortiz ahora se encuentra en su natal país pero no deja de recordar todo lo que vivió el año pasado, cuando defendía los colores del Manta Fútbol Club y tuvo que sufrir al igual que todo un país el terremoto del 16 de abril, justamente en una de las ciudades más afectadas por el mismo.
En un reportaje realizado por la CNN, Ortiz cuenta los detalles no solo del momento de la tragedia natural que dejó 671 muertos en todo el país, sino que además el drama que tuvo que vivir con dos compatriotas que eran compañeros de equipo en la temporada pasada, los mismos que se salvaron de morir por muy poco.
Ortiz, que ese día había disputado un encuentro con el Manta ante Clan Juvenil, relata que junto a Ivan Villalba y Diego Vásquez se habían puesto de acuerdo para cocinar comida paraguaya en su casa, pero que minutos antes del movimiento telúrico otro compañero le había pedido ayuda, por lo que recién estaba regresando a su domicilio cuando le tocó vivir el sismo de 7.8 grados en la escala de Richter, viendo como cerca de él un auto, viendo cómo personas en autos se veían afectadas por el daño de la carretera que conduce a Manta.
“Llegué a mi apartamento y lo veo todo derrumbado, veo mi apartamento hecho escombros. Entonces yo me arrodillo y empiezo a llorar, llorar, llorar, porque pensaba que mis amigos estaban ahí dentro, que estaban atrapados, que estaban muertos. No sabía qué hacer”, relató Ortiz.
El guardameta, actualmente jugando en un equipo de Segunda División de su país, contó que comenzó a buscar a sus compatriotas, a los mismos que encontró en el segundo albergue improvisado que visitó, siendo uno de los momentos más emotivos que le tocó pasar en su vida.
“En el segundo albergue los encontré. Me acuerdo muy bien. Tengo grabada la imagen del momento en el que nos encontramos los tres y ellos estaban descalzos, con shorts y una remera. Fue muy difícil ese momento porque nos encontramos los tres, nos abrazamos y empezamos a llorar como si fuéramos criaturas”, continuó.
Ortiz revela que Villalba y Vásquez se salvaron de milagro, huyendo del edificio donde tenía su departamento en un cuarto piso y alcanzando a salir minutos antes que el mismo termine derrumbándose y dejando varias víctimas mortales.
“Esa noche nadie durmió en Manta, era imposible dormir, cada rato había temblores. Nos pasamos escuchando las noticias en el carro, la gente que llamaba y decían que sus familiares estaban desaparecidos, que contaban que su familia había muerto”, sumó a su relato.
“Éramos los tres paraguayos. Prácticamente nosotros éramos nuestra familia, los tres. Salimos a recorrer, a ver qué se podía hacer. Nosotros los paraguayos nos caracterizamos por ser solidarios y tenemos esa cultura, ese corazón solidario, nos gusta ayudar”, agregó.
Al siguiente día del terremoto, y tras superar el miedo inicial, Ortiz y sus dos compañeros se trasladaron hacia Guayaquil, donde fueron hospedados por el también paraguayo Fernando Giménez, quien jugaba en Emelec.
Finalmente, Villalba y Vásquez terminaron regresando a su país, mientras él regresó a Manta a cumplir su contrato con este club, relatando en medio de una voz cortada que volvió a nacer prácticamente.
“Yo perdí absolutamente todo. Mi vida empezó de cero a partir del 16 de abril de 2016. Pero todo lo material se recupera, que gracias a Dios llegué a Paraguay en diciembre del año pasado y volví a comenzar. Soy padrino de cinco criaturas en el Ecuador. Creo que si futbolísticamente no he hecho bien las cosas en lo humano pude haber hecho algo bueno porque tener cinco ahijados de distintas familias es algo que a mí me llena de orgullo y creo que a mi familia también”, puntualizó.