La muerte de Davide Astori sigue dejando muestras de dolor a los hinchas de los clubes en los que jugó y a sus compañeros, quien tras tres días de su fallecimiento siguen con los homenajes al jugador, pocos tan emotivos como el que realizó Riccardo Saponara, quien actualmente está en el AC Milan pero supo ser compañero del defensa.
Saponara compartió camerino con Astori en la temporada pasada, cuando estuvo a préstamo en la Fiorentina, y en su cuenta de Instagram ha dejado una carta para su «capitán», donde deja ver cómo era el defensa en la intimidad de los equipos y le «reclama» al destino por su ausencia.
Con preguntas al vacío, Saponara hace una radiografía de Astori, pidiéndole que deje «ese maldito cuarto» y baje a compartir el desayuno con ellos, que no deje su gusto por el cine o por los programas de cocina, asegurando que será difícil «superar la pérdida» como todos le dicen ahora.
El texto de la emotiva carta de Saponara para Astori:
«Oh capitán, mi capitán. ¿Por qué no bajaste a desayunar con nosotros? ¿Por qué no sacaste tus zapatos de la habitación de Marco y bajaste para tomar tu jugo de naranja, como lo hacías siempre? Ahora nos dicen que la vida sigue y que tenemos que seguir adelante, levantándonos cada mañana, pero ¿qué sabor tiene tu ausencia? ¿Quién llegará cada mañana a la cafetería para calentar el ambiente con su sonrisa? ¿Quién nos preguntará lo que hicimos la noche anterior para reírnos? ¿Quién llamará la atención a los jóvenes y cargará de responsabilidad a los veteranos? ¿Quién formará un rondo para jugar a dos toques? ¿Y quién volverá loco a Marco con la Play Station? ¿Con quién vamos a debatir sobre Masterchef, los restaurantes florentinos, las series de televisión o los partidos jugados? ¿A quién apoyaré mi hombro en el almuerzo después de un entrenamiento agotador? Vuelve, todavía tienes que terminar de ver ‘LaLaLand’ para analizarlo como hacías con cualquier película recién estrenada.
Vuelve a Florencia, te están esperando para tu renovación y para reconocerte lo bueno y positivo que eres cada día con nosotros. Sal de esa maldita habitación. Te estamos esperando mañana para empezar el entrenamiento.
En la vida hay gente con la que nunca conectas y luego está Davide, que inmediatamente te integra con un simple: ‘Benvenuto a Firenze, Ricky’. Donde quiera que estés ahora, continúa defendiendo nuestra portería e iluminando el camino correcto desde la línea de atrás. Oh capitán, mi capitán. Por siempre mi capitán.»