Recordado por su paso por grandes clubes del mundo como el FC Barcelona y el Real Madrid, pero sobre todo por ganar dos mundiales con la selección de su país, el exdelantero brasileño guarda un grato lugar en la historia de un modesto club, el mismo que lo vio nacer deportivamente pero que ahora se debate entre la crisis deportiva y económica en la tercera división.
Se trata del São Cristóvão, humilde club de Río de Janeiro y que fue el primer equipo en el que militó de manera oficial Ronaldo antes de dar el salto grande en el fútbol de su país y que pese a tener ya 120 años de fundación y haber vivido momentos de más gloria, ahora parece abandonado y con un futuro incierto.
En los pasillos de la sede y el estadio de este club, que lleva el nombre del delantero que tiene un lugar de honor en su historia, se puede ver la presencia de Ronaldo, quien cuando tenía 13 años se inscribió de manera fortuita a este club, defendiéndolo hasta dar un salto al fútbol de primera división.
Es que pese a que Ronaldo ya había conseguido un cupo para jugar en el Flamengo, el sitio de entrenamiento le quedaba muy lejos y tenía que tomar dos colectivos, lo que se le hacía imposible por su situación económica, por lo que decidió fichar por el São Cristóvão y vivir en la sede de dicho club.
El mayor orgullo del São Cristóvão tiene nombre y apellido: Ronaldo Nazário. El equipo donde se crió el Fenómeno atraviesa un presente crítico. Sobrevive gracias a un pasado grande y a la esperanza de formar al próximo crack. Cuento la historia en Infobae. https://t.co/zmugwukLx0
— Marcelo Silva de Sousa (@sdsmarce) 26 de mayo de 2018
«Todos sabíamos que era un garoto diferente a los demás, pensábamos que iba a llegar lejos, pero nadie imaginaba todo lo que vendría después», cuenta Renato Campos, gerente de este club.
Pese a que el delantero dejó algún dinero por sus transferencias a otros clubes, por la crisis que vivían desde esos tiempos apenas les alcanzó para solventar algunas deudas, lo que los mantiene hasta el momento en una crisis dura de superar.
«Sobrevivimos porque tenemos algunos socios y propietarios que colaboran, y porque somos un club querido, de tradición. Acá administramos papeles, no dinero. Los inversores no confían mucho en equipos pequeños, entonces tenemos muy pocos ingresos», contó Reis, otro de los dirigentes.
