Discreto en el juego de conjunto pero apabullante en la finalización, el Barça se regaló gracias a Messi una goleada balsámica ante un Ajax muy alejado de su historia. Que quiso mostrar su filosofía, pero se ahogó en la mediocridad.
El equipo de Martino no ofreció tampoco nada para el recuerdo. Pero, claro, mostró a Messi, al ’10’, quien respondió al hat-trick de la víspera con otro. Nada le frena.
El crack argentino pareció repetir su actuación del sábado ante el Sevilla. Menos participativo que en el pasado, acude a liderar la victoria del Barça cuando es menester. Y eso es a cada partido.
Si fue él quien se inventó una jugada, marca de la casa, para evitar hace cuatro días el tropiezo liguero, volvió a ser él quien ocultó, que no borró, el discreto desempeño del equipo.
Primero provocó una falta en la frontal y la transformó con un obús seco y directo al palo. Acalló así los primeros síntomas de nerviosismo entre el público para volver a un segundo plano porque tampoco era mucho más necesario.
Después, cuando por fin el Ajax (mucho toque pero poco disparo) avisó, Messi entendió que era necesario. Se inventó una jugada personal en el lado derecho del área, soltó el pie y cerró el partido.
Sin más que decir el campeón holandés, su portero se sumó a la fiesta regalando con una salida a destiempo el 3-0 a Piqué. Para entonces ya estaba todo dicho porque Leo había decidido concretar el triunfo.
Y se ocupó de responder a los tres goles de Cristiano Ronaldo con un hat-trick, que puso el 4-0 convirtiendo un partido insulso en un festival. Así es Messi. Capaz de aparcar las dudas a través de sus certezas.
Porque al ’10’ no le ocupan ni los dilemas ni las dudas que puedan existir a su alrededor. Si es cierto que ha cambiado de hábitos, su ascendente y trascendencia se mantiene inalterable.
La exhibición del argentino dejó en segundo plano el discreto partido en conjunto del Barça. Sobresalió Valdés salvando el 1-1 primero y atajando un penalty después, se mantuvo firme Mascherano, salvó la noche con el gol Piqué y gustó el atrevimiento de Neymar. Poco más.
Los goles aparcan dilemas pero no esconden la realidad. Desde que apabulló al Levante el Barça se ha perdido en un mar de dudas que el resultado frente al Ajax no ocultará. Claro que teniendo a Messi de tu parte todo es más fácil.
Fuente: ESPN