En la actualidad, el campeonato ecuatoriano es uno de los torneos más competitivos del continente, y su nivel futbolístico ha tenido un crecimiento en los últimos años. Los logros obtenidos por la Selección, los títulos y roce internacional de clubes han sido uno de los pilares de este crecimiento.
Pese a aquello, en cifras la situación es distinta. En la actualidad son varios clubes los que pasan por una economía incómoda, unos más complicados que otros. Cifras reveladas por un artículo de las Agencias Andes reflejan un valor en contra en lo que respecta a los ingresos del fútbol ecuatoriano.
A continuación el articulo de las agencias Andes, donde recoge estos datos sobre los valores en contra del fútbol ecuatoriano:
El fútbol ecuatoriano en los últimos seis años tuvo ingresos por 162,5 millones de dólares, pero gastos de 186,8 millones, que significa una pérdida de 24,3 millones en 7 de cada 10 equipos, indicó el director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco.
La crisis en el fútbol ecuatoriano ha registrado mucha atención por sucesos como demandas de exjugadores a equipos o denuncias de futbolistas activos que reclaman el pago de sus salarios. Para el catedrático Fernando Carrión, la crisis del fútbol no se basa en los ingresos.
“Se observa un importante crecimiento económico en los clubes (…) Mientras que la economía nacional ha crecido a una tasa promedio anual del 4,5%, la del fútbol lo ha hecho alrededor del 12%, es decir tres veces más del promedio del país”, aseguró Carrión en un artículo publicado en la revista Polémica.
El manejo administrativo y financiero de los clubes es el principal problema, aseguró el especialista, pues ningún club ecuatoriano tiene un plan estratégico a mediano plazo ni cuenta con un balance de situación comparativa entre activos, pasivos y patrimonio. “Un directivo es más hincha que dirigente, no tienen formación en gerencia deportiva (…) sus objetivos son la obtención de títulos a corto plazo sin tener en cuenta los equilibrios presupuestarios”, señaló Carrión.
Los equipos ecuatorianos, a raíz de la dolarización adoptada en el 2000, inflaron sus presupuestos y contrataron jugadores con sueldos que no estaban acorde a sus posibilidades, sostuvo el periodista Diego Lituma, pues hubo casos de contrataciones que superaban los 45 y 50 mil dólares mensuales en salarios y la situación fue insostenible, añadió.
Los clubes gastan más de lo que perciben en ingresos. “El pasivo de Barcelona es de 20 millones de dólares, dos veces su presupuesto del año (…) De los 33 millones de deudas, 5 millones son con el SRI por la retención del impuesto a la renta y el IVA a terceros”, ejemplificó Luis Roggero, presidente de la Comisión de Fútbol del Independiente José Terán.
Para Roggero no existen políticas que obliguen a que los equipos redistribuyan sus ingresos, no establecen tope de salarios a futbolistas, no limita la movilidad de jugadores entre equipos. “Se tiene que requerir mayor transparencia en la gestión administrativa y penalizando a quienes no estén al día en sus haberes”, señaló.
Una de las soluciones que plantea el analista Pablo Lucio Paredes es la creación de una Asociación de Clubes Profesionales, con decisiones separadas a la Federación Ecuatoriana de Fútbol, de modo que los clubes puedan tomar decisiones respecto a sus necesidades colectivas.
Por su parte, el economista Alfredo Stornaiolo opinó que los equipos deberían transformarse en empresas para transparentar su gestión. “Lo que han generado estas sociedades sin fines de lucro es un modelo poco transparente que ha permitido a unos pocos lucrar con el fútbol”, dijo.
Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), los ecuatorianos gastan 16 millones anuales en un rubro denominado “entradas a estadios deportivos”. La mitad de los ingresos de los clubes los cubre la taquilla.
“Se requiere una auditoría de cada uno de los clubes y hacer un reajuste de los presupuestos que se ajusten a la realidad de cada club”, puntualizó Carrión, como parte de las soluciones para detener la bola de nieve que está arrastrando la economía del fútbol ecuatoriano.