Fue un partido extraño desde el principio para el Globo. Cuando parecía que estaba para ponerse en ventaja, apareció Zamir Valoyes metió un tremendo tiro libre contra el palo para abrir la cuenta para los venezolanos.
Cuando empezaba a ponerse nervioso, le regalaron el empate en una jugada insólita y, en el segundo tiempo, cuando debía estar sereno e ir en busca del triunfo ya con el ingreso de Daniel Montenegro, se descuidó en el fondo, lo pelotearon, los salvaron los postes hasta que el árbitro cobró un penal dudoso y otra vez Valoyes inclinó la balanza para los venezolanos. Y cuando parecía que se quedaba con las manos vacías, el árbitro devolvió gentilezas en el área de enfrente y Eduardo Domínguez puso el 2-2.
Nunca le encontró la vuelta al juego Huracán. Mancinelli tuvo un partido negro y perdió cada vez que Valoyes lo encaró. Toranzo no se hizo manija y Wanchope estuvo aislado, sin conexión con Romero Gamarra o Torassa. El increíble blooper de los defensores y del arquero Romo le dieron la chance de ponerse 1-1 y replantear las cosas para la segunda mitad.
Pero siguió sin rumbo. Entró Montenegro para darle aire pero las jugadas más claras fueron de Mineros. A los 30 minutos, el palo lo salvó dos veces en un instante al Globo. Primero con remate de Rafael Acosta que alcanzó a desviar Giordano y rebotó en el poste. Y enseguida, tras el despeje corto de Hugo Nervo, la agarró Richard Blanco, le dio de punta y la pelota pegó en la parte interna del palo derecho.
En la contra lo tuvo el Rolfi con un derechazo que se desvió y pegó en el travesaño. A esa altura el partido estaba para cualquiera. Y terminó siendo el árbitro el que influyó en el resultado, con dos penales muy dudosos, uno en cada área.
A los 35, Valoyes entró en diagonal al área, Mancinelli lo perseguía y el jugador venezolano se dejó caer: penal y 2-1. La ingenuidad de Mineros fue no cuidarse en el área propia ya que el árbitro Adrián Vélez iba a estar atento a cualquier roce para equilibrar las acciones. Y así fue, a falta de dos minutos, Montenegro, pillo como nadie, giró en el área y se tiró ante un mínimo agarrón de Julio Machado. Otra vez el juez señaló el punto del penal y Eduardo Domínguez, con un zurdazo seco, clavó el definitivo 2-2. Fue un alivio para Huracán en una jornada extraña. Con la mala noticia de la lesión de Marcos Díaz y un punto que en la previa hubiera sonado a poco pero por como se dieron las cosas, termina siendo valioso.
Fuente: Clarín