EFE
El exfutbolista brasileño, Alex, afirmó en un libro biográfico lanzado hoy en Sao Paulo que vio «borracho» el Mundial de Corea del Sur-Japón 2002, después de no haber sido llamado para disputar el torneo por el entonces seleccionador Luiz Felipe Scolari.
«Nunca fui de beber, pero comencé a tomar cerveza y vino. Pasé unos cuarenta o cincuenta días de locura. La prensa hablaba de la Copa del Mundo y yo ni sabía lo que estaba pasando», señaló en su libro el ídolo de clubes como el Fenerbahce turco y el Palmeiras.
‘Alex, a biografía’, un libro de la editorial Planeta y firmado por Marcos Eduardo Neves sobre la vida dentro y fuera de la cancha de Alexsandro de Souza, quien se retiró el año pasado del fútbol activo a los 37 años jugando para el Coritiba, fue presentado este martes en Sao Paulo.
Sobre el hecho de no haber sido tenido en cuenta por Scolari para integrar la nómina que disputó el Mundial de 2002, Alex añadió: «de acuerdo con el huso horario de Corea del Sur y Japón, los partidos eran de madrugada y con esos horarios yo estaba borracho o dormido. Yo era un hijo de…».
El ahora comentarista del canal deportivo ESPN Brasil señaló que «perdona» al «técnico Felipão (Scolari)», pero «no a la persona de Felipão».
La esposa del exjugador, Daiane, cuenta en el libro que perdió un hijo cuando el centrocampista Émerson, que estaba en la lista definitiva de Brasil para ese mundial, se lesionó a última hora y el convocado fue Ricardinho y no Alex, a quien toda le prensa pedía como sustituto.
La prensa daba como un hecho la convocatoria de Alex por parte de Scolari, técnico que lo conocía muy bien y que tuvo al creativo zurdo como uno de los pilares del Palmeiras que conquistó la Copa Libertadores de 1999.
El ahora líder de un movimiento de futbolistas que busca cambios en la estructura de ese deporte en Brasil admitió que una discusión con un dirigente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), cuando integraba la selección olímpica en 2000, pudo haber influenciado para su no convocatoria a la Canarinha dos años después.
A pesar de su figuración destacada en el Parma italiano y en clubes brasileños como Coritiba, Flamengo, Cruzeiro y principalmente Palmeiras, la mejor actuación e idolatría la alcanzó en el Fenerbahce, al que defendió entre 2004 y 2013.
En el libro, Alex recuerda las dificultades económicas de su familia y que en esa época llegó a dormir encima de papeles de periódicos y comenzó a jugar en la cancha barrial de ‘Sapolandia’, que recibió ese nombre por los sapos que invadían el terreno de juego.
En la obra, que tiene declaraciones de otros personajes del fútbol, Ronaldinho Gaúcho manifestó: «Alex es el jugador con el que más me entendí en toda la vida y no dejo a nadie hablar mal de él».