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El entrenador de Barcelona no terminó el encuentro en la banca de los suplentes. Se fue de boca. Carlos Vera, que hoy estuvo un tanto más paciente que de costumbre, lo echó al minuto 70 y tendrá que ver el siguiente partido desde las tribunas. La cancha y la falta continuidad en el juego, le sacaron de casillas al charrúa.
“Siempre digo lo mismo, soy temperamental, el árbitro hace su trabajo; si me equivoque pido disculpas. Era difícil jugar en la cancha de Sangolquí”, comentó el entrenador de Barcelona después del empate 3 a 3 en el Valle.
Para Almada, el empate sirve para hacer cuentas e ir asegurándose su cupo a la Copa Sudamericana. Quiere terminar el año a toda orquesta, rotar un tanto la plantilla y demostrarle a la directiva de Cevallos que tiene lo necesario para quedarse en 2016.