EFE
En un partido que se le estaba poniendo feo a un Barça al que se le atragantó un eficaz y combativo Villarreal, apareció Neymar, después de haberse peleado con media defensa y el árbitro, y decidió salir en todas las fotos, con dos tantos, uno de belleza extrema, y tras haber cedido a Luis Suárez el lanzamiento de un penalti.
Fue una actuación por la que nadie hubiese apostado, después de una primera parte y un arranque de la segunda, en la que había muchos temores sobre si Neymar acabaría el partido expulsado, por la tensión que se estaba viviendo.
Pero al Villarreal la gasolina llegó hasta que Neymar abrió la lata, en el 61 (1-0), y sobre todo tras el gol de Suárez, en un claro penalti de Costa a Munir, para acabar rematando con el tercero azulgrana y segundo de Neymar, en el que ofreció su mejor versión de futbolista comprometido con la plasticidad y el espectáculo.
Antes de vivir con comodidad en el marcador, el Barcelona se había topado ante un rival sólido atrás y sin muchas ganas de tener el balón ni disputárselo a un Barça escaso de ideas y con muchos problemas para superar la primera línea de presión de cinco jugadores que le planteó el técnico Marcelino García.
El Barça movía y movía pero el balón le costaba llegar con claridad a la línea ofensiva azulgrana, donde Neymar se fue apagando hasta entrar en una fase más de pelea y protesta que de buscar acciones de gol. Y Luis Suárez, muy desasistido, mientras que Munir por la derecha volvió a ser más un complemento que un jugador que sumase en ataque.
El equipo de Luis Enrique se vio atrapado en un intenso duelo en el centro del campo sin que pudiese generar nada positivo, mientras que delante tenía a un rival que a la mínima que perdía el balón cesaba en la presión para replegarse rápidamente y formar dos línea de cuatro defensores y cinco medios muy juntos, con Soldado a la esperada de recibir algún caramelo delante.
La primera acción de cierto peligro llegó casi a los veinte minutos, en un disparo de Alves que encontró el pie de Dos Santos, para acabar en córner.
En el 25, una doble acción de Neymar e Iniesta, para controlar y mover con virtuosidad el balón, acabó en nada en el parte izquierda del área de Areola.
Dos minutos después, el Barcelona armó un contragolpe numeroso, hasta con cinco efectivos, pero le tocó a Mathieu culminarlo, quien en lugar del centro prefirió un disparo rasoy sin peligro. En la siguiente acción, el francés vio una amarilla, al golpear el pie de Soldado.
Eran los momentos de mayor presencia azulgrana, que pudieron resolverse en un gol cuando en un pase preciso de Iniesta a Suárez, éste pecó de generosidad al enviar a un Neymar que intentó una pirueta antes de rematar, sin acierto.
El Villarreal tenía el partido donde quería, y además observaba cómo los nervios se comían a algunos azulgrana, especialmente a Neymar, que sacó una amarilla a Mario después de fingir el brasileño un golpe que no recibió. Iniesta también vio una tarjeta por protestar, en una fase en la que el Barcelona empezaba a perder el control de la situación.
Pasada la media hora, Soldado resolvió con un disparo desviado una buena elaboración del Villarreal en el centro del campo, con movimiento del balón y ocupación de espacios que descontrolaron a los azulgrana.
A poco de llegarse al descanso, un error en el despeje de Jordi Alba, habilitó a Samu Castillejo, que algo escorado intentó un potente disparo que resolvió con un paradón Bravo, quien algunos minutos antes había resuelto una presión de Soldado, con un regate recortando la presencia del delantero, que fue recibido desde el graderío tanto con aplausos como con desespero.
En el arranque del segundo acto, algunos barcelonistas no parecía que se habían relajado en el vestuario, todo lo contrario, ya que en el primer minuto Neymar volvió a caer por los suelos en una acción que no pareció falta y en las protestas Suárez y el brasileño vieron la amarilla.
Mejor le fue al Barça cuando intentó jugar a fútbol, como en un centro con el exterior de Neymar al que Munir no llegó de cabeza por poco y que Alves remató sin mucha convicción, ante un Areola que sacó el balón casi desde la línea de gol.
Como en el primera parte, el Barcelona volvió a someter a su rival, aunque ya en estos minutos el equipo de Marcelino había dado un paso atrás y en una presión acertada azulgrana, el balón fue a los pies de Busquets, quien vio a un Neymar que entraba por la izquierda, y el brasileño esta vez sí que fue resolutivo al marcar gol (1-0).
Dos minutos después del tanto, Iniesta tuvo el segundo, pero incomprensiblemente falló ante un Areola que estuvo muy acertado. En la contra, el Villarreal también la tuvo cuando Denis Suárez se marchaba solo y Piqué lo derribó, viendo una amarilla, que los rivales solicitaron al árbitro que fuese roja.
En el minuto 70 se le puso de cara el partido al Barcelona por un penalti de libro, en el que Munir controló y Jaime Costa lo arrolló, hecho que le valió la amarilla. Suárez, tras cederle el balón Neymar, marcó desde los once metros (2-0).
En la jornada en que Iñaki Williams había marcado uno de los goles de la temporada en San Mamés, el brasileño Neymar Jr también escribió un renglón con uno de los tantos del curso. Mientras el Camp Nou se arrancaba en ánimos hacia el lesionado Messi, Neymar envió un balón a Suárez, que devolvió al brasileño dentro del área, éste le hizo un sombrero de espaldas a Costa y de volea marcó el tercero de la noche (3-0).